¿Cuáles son los principales factores de riesgo de esta enfermedad?
La miopía patológica, o degenerativa, se desarrolla en personas con miopía alta (generalmente superior a -6 dioptrías). Los factores genéticos y el crecimiento excesivo del globo ocular son determinantes en su aparición.
¿Qué síntomas nos alertan sobre un caso de Miopía Patológica?
A diferencia de la miopía común, esta condición puede generar alteraciones estructurales severas en la retina con consecuencias visuales importantes.

En etapas más avanzadas los pacientes pueden presentar los siguientes síntomas:
- Empeoramiento progresivo de la visión, incluso con lentes o corrección óptica adecuada.
- Visión distorsionada o deformada, especialmente en el centro del campo visual.
- Percepción de sombras, manchas o zonas desenfocadas que no desaparecen.
- Aumento del número de cuerpos flotantes o destellos, lo que puede indicar una complicación como un desgarro retiniano.
- Riesgo elevado de presentar hemorragias, atrofias o desprendimientos de retina que agravan la pérdida visual.
¿Cómo se realiza el diagnóstico?
El diagnóstico se realiza con un examen oftalmológico completo, evaluando el fondo de ojo y la longitud axial del globo ocular. La OCT y la angiografía pueden revelar daños estructurales como atrofia macular o membranas neovasculares.
¿Cuál es el tratamiento adecuado?
Aunque no existe una cura, se pueden controlar las complicaciones mediante inyecciones intravítreas, láser o cirugía. Además, el seguimiento regular y las medidas para evitar esfuerzos oculares excesivos son fundamentales.